En el contexto actual, marcado por un aumento en los casos de gripe y otras infecciones respiratorias agudas (IRA), es imperativo reforzar las estrategias de prevención en nuestros entornos educativos. La convivencia diaria en espacios comunes hace de las escuelas y centros educativos lugares de alta transmisión potencial de enfermedades. Por lo tanto, adoptar medidas preventivas eficaces se convierte en una necesidad urgente para salvaguardar la salud de estudiantes, docentes y personal.
La transmisión de virus respiratorios, incluidos la gripe, el SARS-CoV-2 y el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), suele ocurrir a través del contacto directo entre personas, principalmente por la tos y los estornudos de individuos infectados. También es posible el contagio al tocar superficies contaminadas y posteriormente llevarse las manos a la boca, nariz o ojos. Ante esta realidad, resulta crucial conocer y aplicar las siguientes recomendaciones básicas de prevención:
- Vacunación: La inmunización representa la principal barrera de defensa contra la gripe y otros virus respiratorios. Se alienta a todo el personal docente, auxiliar y estudiantes a vacunarse contra la gripe y el SARS-CoV-2, conforme a las indicaciones de las autoridades sanitarias.
- Higiene de manos: El lavado frecuente de manos con agua y jabón o el uso de soluciones hidroalcohólicas es una práctica sencilla pero eficaz para cortar la cadena de transmisión de los virus.
- Uso de mascarilla: En presencia de síntomas leves de IRA, como tos, estornudos o mucosidad nasal, se recomienda el uso de mascarillas tanto para el personal como para los alumnos. En caso de fiebre superior a 38 grados, malestar general o dificultad para respirar, lo más prudente es abstenerse de acudir al centro educativo.
- Etiqueta respiratoria: Es vital evitar tocarse la cara y usar la parte interna del codo o un pañuelo desechable al toser o estornudar, para minimizar la dispersión de partículas virales.
- Ventilación: Mantener una ventilación adecuada en las aulas y espacios comunes es fundamental. La renovación del aire a través de la ventilación natural contribuye significativamente a disminuir la concentración de agentes infecciosos en el ambiente.
Al implementar estas medidas preventivas, no solo protegemos a los individuos contra los virus respiratorios, sino que también fomentamos un entorno educativo más seguro y propicio para el aprendizaje. Es responsabilidad de todos contribuir a la creación de comunidades educativas saludables, donde el bienestar colectivo se sitúe en el centro de nuestras acciones.