Creación
Esquina doblada
Vox Populi
Título clave: Vox Populi (Colmenar Viejo. Internet) · ISSN: 2255-0585
IES Rosa Chacel
Número XX
Marzo de 2012
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39

Intestino

María Colmenarejo Campayo

Primer premio 1º y 2º ESO, Concurso Literario Ventanal de la Sierra 2012

Energía lumínica y O2, dos elementos imprescindibles en mi vida y de los que ahora carecía. Sólo divisaba un pequeño círculo de luz, pero se veía tan alejado que parecía que nunca más iba a volver a ver el sol. Tenía dos opciones: o quedarme llorando, aunque sabía que así no iba a solucionar nada, o ponerme en marcha siguiendo ese hilillo de luz. Atemorizada, sin saber los obstáculos que podía encontrar de camino a la salida, avanzaba dando pequeños pasos. El suelo sobre el que me encontraba, tan húmedo, dificultaba el caminar, y mis pequeñas patitas casi no contestaban a mi movimiento. Y aunque me movía con gran lentitud cada vez tenía más esperanza de llegar al final de aquel abismo en el que me encontraba.

En ese momento un escalofrío recorrió mi minúsculo cuerpo. Me daba la sensación de no estar sola, y eso no era Io que más me asustaba al fin y al cabo estaría acompañada, lo peor era no saber de qué se trataba. Por mucho que mirara a mi alrededor no conseguía ver nada, la oscuridad bañaba el lugar. Preferí no pararme y continuar con mi camino. Por cada paso que yo daba, este hacía lo mismo y aunque al principio me molestó su burla, acabé por soltar una pequeña carcajada, ese juego entre los dos me resultaba muy divertido, aunque todavía no me daba cuenta del peligro al cual estaba expuesta. Mis pequeños pasos apenas producían una oleada de eco, todo lo contrario a los pesados pasos de aquel extraño individuo. Eso me hizo reflexionar sobre el aspecto que tendría. Seguramente sería de mucho mayor tamaño que yo, y si era más grande tendría también mayor fuerza, y eso me empezó a preocupar. Y creo que pocas veces he tenido tanta razón en algo, me tenía que preocupar y de verdad. Notaba sus pasos cada vez más cerca, y por mucho que yo intentaba acelerar la velocidad, de poco me servía. Hasta que me di cuenta de que lo tenía encima, no estaba ni a un suspiro de mí, cuando de repente, chocamos. Me hice a idea de lo enorme que era, mucho más de lo que yo nunca hubiera imaginado, y las escamas de su cuerpo me dieron a entender que se trataba de una lagartija. Supuse que al igual que yo, ella también querría llegar a la salida pero no quería compañía en su trayecto, más bien un pequeño almuerzo, que por fin había encontrado. Veía que mi fin se acercaba pero me había costado tanto llegar hasta donde me encontraba, que tenía que intentarlo. Corrí lo más deprisa que pude, al fin ser pequeña tenía sus ventajas, en ese estrecho lugar yo tenía más agilidad y aunque conseguí guardar las distancias no paré ni a respirar. Pero poco a poco me di cuenta de que lo necesitaba, tenía que descansar o si no moriría de asfixia.

Pero ver que tenía la salida tan cerca me motivó a continuar. Y de repente una gran brisa llegó por mis espaldas, me giré para ver si se trataba del reptil pero no, pequeñas gotitas de agua me empapaban la cara hasta que una gran ola me impulsó hacia delante con gran velocidad.

Me daba miedo acabar ahogada pero también eso me ayudarla a salir mucho más rápido y sin apenas esfuerzo, me di cuenta de que por muy difícil que parezca siempre habrá una salida y de que aun siendo una simple hormiga cualquier reto por grande que sea no es suficiente para acabar conmigo.

Y por fin la luz del día golpeó mis antenas, volví a sentirme viva, con fuerzas y sobre todo con ganas de mirar hacia aquella inmensa manguera en la que por momentos pensé que sería el lugar donde todo acabaría.