Shirley Reinoso
Segundo premio de 1º y 2º de ESO, Concurso Literario Ventanal de la Sierra 2012
Algunas personas piensan que el universo se acabará en diciembre del 2012. No sé si darle demasiada importancia a esta creencia maya, ¡demasiados problemas tengo que resolver antes de que el mundo se acabe! ¡Hay que vivir la vida en el momento y yo vivo cada día como si fuese el último!, me llamo Aarón, tengo catorce años, vivo en Madrid y..., no tengo tiempo para tonterías. Hoy nos encontramos a tan solo tres días de mi fin, llegan las notas y no creo que sean muy buenas. Estos días me portaré genial para ver si me suben un punto en cualquiera de las asignaturas aunque creo que no va a ser un buen plan, mi tutora nos dará a todos el boletín mañana para poder traerlas firmadas el último día; además se ha asegurado tener todos los teléfonos de nuestros padres para poder llamarles, si por algún casual se nos "olvidase en casa". Dani, el tío mas legal y guay de toda la clase, aparte de mí claro, siempre al volver del instituto se quedaba en mi casa echando unos partidillos de fútbol en la Play para liberarnos de toda la tensión que nos causa el instituto, aunque hoy fue una excepción, su madre le dijo que volviese a casa pronto porque tenían que hacer el equipaje para irse de vacaciones a Canadá ya que su avión sale tres horas después de recibir el boletín de notas. Tiene mucha suerte: va a repetir curso y le han regalado un móvil nuevo, aunque no le importa porque también cree que el mundo se acaba.
No sé qué hacer yo también tengo una suspensa y aprobados raspados en las demás y no quiero pasar mi último verano estudiando y en casa encerrado, tendré que soltarles la típica excusa “El curso que viene me esforzaré mas” o “No sé qué me pasó, te prometo que no volverás a ver otro suspenso” y si esto no funcionase optaré por llorar y abrazarles mientras que les pregunto a dónde vamos de vacaciones.
No puedo dormir, no quiero mentir este último año a mis padres, por muy difícil que parezca, siempre habrá una salida. Si muero quiero ir al cielo para poder seguir mi vida y por fin casarme con Britney Spears o al menos conocerla...
Tengo unas ojeras tremendas no he dormido casi nada y encima hoy nos dan las notas, no sé por qué estoy nervioso, las notas nos las han ido diciendo los profes en estas últimas clases.
El camino hacia el instituto se está haciendo muy corto y los minutos se me pasan volando. Este es un momento histórico, algunos estaban a punto de llorar, tener las notas en nuestras manos es muy diferente a que nos las digan en voz alta y no tener que traer después un papel donde ponga que nuestros padres las han visto. Yo también quisiera llorar, pero claro no lo haría: pensarían que soy una nenaza y no quería enfadarme con nadie, quisiera poder pasar las últimas horas con las personas que más quiero.
Quien viera la cara de Dani y yo pensaría que venimos de un funeral. Hoy no hay ni partido, ni partidillo, ni nada. Dani tiene la suerte de que sus padres ven las notas a la vuelta de las vacaciones. Lo mejor de todo es que le han dejado quedarse a comer para despedirnos y pasar una media hora genial junto a mi colega. Le echaré mucho de menos durante las vacaciones.
El día ha sido muy tranquilo mis padres al ver las notas se han quedado callados y no me han dicho nada desde entonces, es el peor castigo del mundo, no me gusta que me ignoren y menos si es durante todas las vacaciones.
Mañana iré a dejar el papel firmado a nuestra tutora y de paso me doy una vuelta por ahí para no tener que estar en casa ignorándome.
Ya ha pasado un mes y parece ser que ya echan de menos hablarme.
Hoy ya han decidido perdonarme y esta última semana antes de volver al instituto nos iremos a la playa. Lo pasaré genial y disfrutaré cada minuto junto a mi familia.
No sé por qué pero la vuelta a la vida cotidiana es muy dura, pensar que esto podrás hacerlo solo una vez más es deprimente, aunque volver a ver a todos los colegas hace que sea menos duro. Hemos pasado un día genial; ver a los antiguos y nuevos compañeros es genial hasta he visto a Dani que me ha contado sus vacaciones y que estará aproximadamente todo el resto de su vida castigado.
Qué nervios a tan solo un día de la destrucción total, estoy tan alterado que hasta he pedido perdón a mis padres por lo mal que me he portado, le he pedido salir a una tía (y lo peor es que me ha dicho que sí) y he convocado una reunión de toda la familia, amigos, vecinos, amigos... a las personas que más aprecio para que el último día lo pasemos juntos.
Sigo nervioso nuestro último día. Mis padres y yo hemos permanecido juntos toda la tarde pero ya está empezando a llegar la gente como si de fin de año se tratase, según la tradición maya se acabará el 21 de diciembre y todos ya hemos hecho un corro cogidos de la mano y contaremos con las campanas de la Iglesia. Ya son las 23:59 y acabamos de empezar a contar 50... 51... 52... 53... 54... 55... 56... 57... 58... 59...