Investigación
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Vox Populi
Título clave: Vox Populi (Colmenar Viejo. Internet) · ISSN: 2255-0585
IES Rosa Chacel
Número XXIII
Junio de 2013
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10

Aventura, muerte, confusión, desesperación y recuerdo: el amor en la lírica castellana del siglo XIV al siglo XX

¿Existe alguna evolución o punto en común, en lo referente al contenido, a lo largo de las etapas de la lírica amorosa española?

Tomás Girona

Agradecimientos

Compañeros y amigos me han recomendado que me saltara esta parte, ya que da la impresión de ser una excusa barata para pelotear al tutor de la monografía y para decir “te quiero” a la gente que ya lo sabe. Sólo cabe decir que están en lo cierto, pero mi monografía nunca hubiera llegado a buen puerto sin la ayuda y sin el amor que me han dado algunas de las mejores personas que habitan este mundo.

En primer lugar (y merecido primer lugar), quiero dar un saludo, un abrazo y ofrecerles todo mi cariño y mi admiración a esas cuatro personas que me acompañan cada día y a las que quiero como si de mis hermano se tratasen: Héctor, Adri, Pepe y Vacas. Me alegro de poder presumir de ser amigo vuestro, y me hace todavía más feliz el sentir que incluso en los peores momentos no estoy solo. Muchísimas gracias chicos, aunque no lo sepáis o no os lo creáis, sois únicos.

No podría olvidarme de esas once chicas ni de esa Chus, siempre felices, siempre riéndose, siempre con una sonrisa en el rostro, siempre capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. Marta, Alicia, Yolanda… chicas, no perdáis nunca vuestro espíritu ni vuestra alegría pues tenéis la habilidad de hacer sonreír a los demás y, creedme, ese es el mejor de los dones.

En tercer lugar, y no menos importante, quiero dar un abrazo a todos esos inconscientes que como yo quisieron hacer este bachillerato de locos. Pero si debo mencionar algún nombre querría dar un saludo especial a mis compañeros del tecnológico Aarón, Alca y David; sin olvidar a Sira, Mara, Igna, Esther… en fin, a todos aquellos a los que he tenido la suerte de conocer y a los que a día de hoy puedo llamar amigos. En todo caso chicos gracias por cada día de estos dos últimos años, por las penurias pasadas, por las risas, por los buenos momentos, por los viajes, por las lágrimas, por las bromas… por todo. De verdad, creo que no podría tener a unos compañeros mejores que vosotros; y sé que estos dos años habrían sido muy distintos sin vuestra compañía y vuestro apoyo.

Mi familia, mis padres, han estado allí desde el principio, y estoy seguro de que jamás podré compensarles por todo lo que me han dado desde el primer día que pise esta tierra. En especial a mi madre, la cual se merece un hijo que fuera capaz de apreciar mucho más el amor que le ha ofrecido. Sé que no soy el mejor hijo del mundo, y que a veces el distanciamiento hacia mi familia es grande, y que llevo desde los catorce años queriéndome ir de casa; pero no miento cuando afirmo que el amor hacia vosotros es infinito y que habéis sido desde siempre mi modelo a seguir y que sois las dos personas a las que más admiro, y que, pase lo que pase, vaya donde me vaya, haga lo que haga, siempre tendréis un lugar de honor en mi corazón.

Y recuerdos también para mis amigos franceses; bien sûre, je ne pourrais pas oublier à tous les amis avec lesquels je ne peux pas être, et auxquels je ne peux pas voir aussi souvent que je voudrais. Mecs vous êtes vraiment uniques et depuis troisième il n’a pas un jour dont je ne pense pas en vous, en nos blagues, en nos voyages, en nos aventures… Il n’existe pas un jour dont je ne me dis pas qu’est-ce que pourrais avoir arrivé si j’avais resté là-bas… Même si j’aurais eu des centaines de pages pour vous dire ce que vous signifiez pour moi je n’aurais même pas raconté une dixième partie de ce que mon cœur sent pour vous. Nina, Capucine, Sarah, Léa, Guy, Thomas, Sophie. Et spécialement à deux personnes qui ont changé complétement ma vie, Juan et Emilie. Emilie… qu’est-ce que je peux dire à la première personne du monde à laquelle j’ai dit que je l’aimais que je ne l’aille pas dit encore ? En deux jours on aurait fait trois ans ensemble, et après tout le temps qui s’est passé, je suis incapable d’effacer ton souri de ma ment. J’aurais pu choisir n’importe quel sujet entre tt le connaissement de l’humanité et, sincèrement, quand je commencer à écrire il y a quelques mois, je pouvais que penser à toi et je me suis dit que j’allais faire un travail sur poésie, sur l’amour…sur nous. T’as changé mon monde, t’as été capable de me faire regarder les choses d’une autre manière, t’as fait que pendant trois ans chaque jour aille été un peu plus beaux que celui d’avant. Je ne sais pas si nos chemins se recroiseront, mais en tout cas tu dois savoir que tu seras toujours dans mon cœur, et que le souvenir de ces trois ans seront chaque jour de ma vie avec moi.

Juan sabes que eres mi segundo hermano y que pase lo que pase voy a estar en tus mejores momentos y jamás dejaré que te alejes de mi vida, ya que sin ti este mundo tendría otro color; y creo que no te puedo decir mucho más de lo que no te haya dicho ya hasta la fecha, así que no cambies nunca, porque si existe una persona por la que merezca la pena vivir, ese, eres tú.

Por último me gustaría hablar de un héroe que se esconde entre la multitud vestido de profesor. Una persona con una paciencia infinita y que se ha convertido en uno de mis mayores referentes en sólo un año. De una persona a la que en unos meses me gustaría dejar de llamar profesor para comenzar a llamarla amigo. La verdad es que tengo la suerte de decir que no solamente he aprendido literatura con él, sino que me ha enseñado cosas que seguramente sean mucho más importantes que la literatura, las matemáticas o cualquier otra asignatura. Recuerdo un día que verdaderamente me marcó gracias a este hombre. Nos habló sobre nuestros sueños. Nos habló sobre la importancia de tener uno y de perseguirlo pasara lo que pasara. Ese día creí conocer la respuesta de cuál era el mío, el definitivo, el verdadero, aquel por el que haría todo lo posible por conseguirlo. Desde entonces hasta hoy han existido un total de tres sueños. Es increíble de qué manera puede cambiar nuestro parecer de un día para otro. Pues bien puedo asegurarte que lo seguiré buscando, y que ya he encontrado alguno por el cual intentaré luchar pase lo que pase. Pero lo sorprendente es que una persona como tú no haya sido capaz de alcanzar ninguno de los suyos. Eso me hace dudar, ya que si alguien como tú no ha sido capaz de conseguirlo, veo que mis posibilidades se minimizan en gran medida. Pero quiero decirte que si tu sueño era marcar a un chaval de la manera en la cual lo hiciste, si tu sueño era ser una guía para otra persona, si tu sueño era inspirar a una nueva generación, créeme, Felipe, cuando te digo que has cumplido uno de tus sueños y que gracias a ti puedo decir que hoy por hoy lucho por lo que amo.

Compañeros y amigos dirán que estos agradecimientos son muy largos. Sólo cabe decir que tienen razón, pero hay gente a la cual no le agradecemos lo suficiente lo que han hecho por nosotros. Esta monografía trata sobre el amor en la poesía, pero ese tema es muy limitado; el amor no se encuentra en la poesía ni en las palabras, el amor esta en cada acto que hacemos, en cada gesto que hacemos, en cada mirada, en cada sonrisa. Y a todas les personas que he nombrado, de una manera u otra las amo y sé que han cambiado mi vida, y sé que sin ellas esta monografía habría sido distinta, mejor o peor, pero distinta. Por eso quiero daros a todos las gracias por estar cada día a mi lado, por conseguir hacerme sentir como me siento en este momento. Por eso a toda esa gente que he amado, a toda la gente que amo y a toda la gente que todavía está por llegar, muchísimas gracias, sin vosotros no tendría una guía. De mayor quiero intentar parecerme a vosotros, intentar ser un poco mejor cada día, intentar cumplir mis sueños.

Por todo esto, gracias.

Pour tout ça, merci.

Resumen

La monografía responderá al problema de investigación: ¿Existe alguna evolución o punto en común, en lo referente al contenido, a lo largo de las etapas de la lírica amorosa española?

Utilizaré obras de referencia de algunos de los autores españoles más importantes de la lírica española, centrándome en uno por cada periodo, pudiendo así conocer las diferencias que existen de un periodo a otro. Esto nos lleva a distinguir una evolución a través de los autores estudiados que nos conducen a conclusiones que son contrastables en los distintos textos.

En lo que se refiere a las conclusiones generales, puedo decir que he llegado a distinguir lo que podemos calificar de un continuo acercamiento a un amor más íntimo pero al mismo tiempo a un amor más oscuro, es decir, un amor donde se van incrementando las penurias y el olvido, y en el cual los males tienen más importancia que el amor en sí mismo.

Introducción

Comenzamos pues con este camino a lo largo del amor en la lírica castellana. Para ello haremos un recorrido por distintos autores pasando por el Arcipreste de Hita, Garcilaso de la Vega, Francisco de Quevedo, Gustavo Adolfo Bécquer y acabando en la Generación del 27 con Pedro Salinas.

Comprobaremos si existe alguna evolución a lo largo de las distintas épocas. Para ello utilizaremos, como fuentes principales, las obras de dichos autores centrándonos en aquellas que se dediquen más a la temática amorosa.

Dentro de cada obra nos centraremos en su contenido y en cómo el concepto de amor va evolucionando a lo largo de los siglos y, de esta manera, entender mejor hacia dónde puede estar evolucionando la poesía amorosa, y comprender las diferencias de un periodo a otro.

Con ayuda de todo esto procederemos a responder a la pregunta, ¿Existe alguna evolución o punto en común, en lo referente al contenido, a lo largo de las etapas de la lírica amorosa española?

Principio del camino: De la aventura del Libro de buen amor a la muerte en las Églogas.

Nuestra primera parada en esta antología de poesía amorosa será una obra escrita en la Edad Media por el Arcipreste De Hita, el Libro de buen amor. Durante la Edad la cultura pasaba por las manos de la iglesia, siendo los monjes los encargados de perpetuar el conocimiento. Debido a esto, se presuponía una mínima moralidad católica. Por este motivo, el Arcipreste redacta varios pasajes en los cuales intenta explicar que la obra no debe de ser malinterpretada, es decir, que la obra no ha sido compuesta para fomentar ideas contrarias a las doctrinas eclesiásticas del momento1. Hablando del tema que tenemos en cuestión: el amor en general, y la perdida y el olvido en concreto, el Libro de buen amor se aleja bastante de las otras obras de las que se van a estudiar.

Desde un primer momento, la obra se centra en un amor puramente carnal y comprobamos que la parte espiritual o interior del amor es inexistente. La obra en sí son una serie de poemas con un narrador común en todos. En algunos momentos da la impresión de que entre todos estos poemas independientes existe un cierto hilo argumental común2. A lo largo de la obra el narrador y protagonista, al que podríamos considerar el propio Arcipreste, va conociendo y cortejando a distintas serranas3. De la misma manera, encontramos distintos diálogos con el Amor y con Venus, los cuales le instruyen y le dan consejos para poder hacerse con la mujer que desee. Únicamente con el tema del libro y algunos de los apéndices de este como “condiciones que ha de tener la mujer para ser bella”, podemos comprobar que el libro no intenta alcanzar un amor espiritual o profundo. A continuación se expondrá una cita en la cual se ve claramente esto:

La vaquera trabiesa dis:' «Caminemos un rato

»liévate dende apriesa, desvuélvete de aques'hato.»

Por la muñeca me priso, ove de faser quanto quiso,”

[…]

Después d'esta aventura fuime para Segovia4

Como comprobamos aquí, después de que el narrador tuviera “de faser quanto quiso” la vaquera, lo que es una referencia clara al sexo y por consiguiente al amor carnal, dice dos versos más tarde que marcha a Segovia “después d’esta aventura”. Vemos que no existe un periodo de olvido entre una dama y otra: el narrador contará anécdotas sobre otras damas antes y después de este episodio, lo que nos muestra la poca importancia que tiene para él las serranas en sí. Esta marcha desinteresada de una mujer a otra otorga la sensación de cierta libertad moral despreocupada para la época de la obra, ya que en ningún momento parece que el narrador esté verdaderamente triste ni apenado, al contrario, califica de “aventura” a lo que le sucede. Al mismo tiempo comprobamos que el Arcipreste se centra más en la acción que en el propio concepto de amor a lo largo del libro, es decir no usa el amor como una excusa filosófica, como un fin, sino sencillamente como un medio, planteamiento que contrastará con los posteriores autores.

Esta ausencia de pena en el Arcipreste contrasta mucho con el siguiente autor, ya perteneciente al Renacimiento y principal impulsor de la lírica y los endecasílabos italianos en la península, Garcilaso de la Vega. Para abordar el tema del olvido nos centraremos principalmente en dos de sus obras, la Égloga primera y el Soneto III, aunque no son sus únicas obras de temática amorosa.

En la obra de Garcilaso podemos comprobar una gran diferencia con la obra del Arcipreste, y es que existe un amor al que llamaremos filosófico o espiritual. Se trata de un amor que va más allá de lo meramente físico, que existe en el interior y que cuando no estamos junto a la persona amada, y se puede observar en este pasaje de la Égloga primera5:

Estoy muriendo, y aún la vida temo;

témola con razón, pues tú me dejas;

que no hay, sin ti, el vivir para que sea6.

Aquí encontramos el primer contraste con el Libro de buen amor. El narrador ya no es un hombre que va de una mujer a otra y que escribe únicamente sobre los encuentros carnales con éstas: Garcilaso escribe sobre la pérdida de la amada, que no es cualquiera sino “Galatea”7. Como novedades con respecto a el Libro de buen amor, nos encontramos el amor espiritual así como la existencia de una sola dama y no varias como vimos anteriormente.

Dentro de este amor espiritual se introduce la naturaleza que en la literatura de Garcilaso tendrá una gran fuerza, haciendo descripciones de paisajes campestres a lo largo de toda su obra. Todo esto en conjunto produce que el autor no se centre tanto en la acción en sí misma, como pasaba con el Arcipreste de Hita, sino que se centra más en la filosofía del amor. Con este ambiente de una naturaleza idealizada, la cual será muy importante a lo largo de toda su obra8; y los protagonistas, que son pastores que filosofan, llegamos a un recurso que es muy utilizado en esa época que venía de una larga tradición clásica: la de los “pastores poetas”. Este recurso trata en hacer que personajes que en la realidad son incultas, como los pastores, hablen sobre temas transcendentes o filosóficos como el amor. Esto puede dar la impresión de que el amor, no sólo el acto sino también la filosofía de este, y todo lo que ello conlleva está en la mente de todos, desde las gentes más cultas hasta los pastores más pobres.

“Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena?

Tus claros ojos ¿a quién los volviste?

¿Por quién tan sin respeto me trocaste?

Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste?

¿Cuál es el cuello que como en cadena

De tus hermosos brazos anudaste?

No hay corazón que baste,

Aunque fuese de piedra,

Viendo mi amada hiedra,

De mí arrancada, en otro muro asida,

Y mi parra en otro olmo entretejida,

Que no se esté con llanto deshaciendo

Hasta acabar la vida.

Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.”9

En este extracto vemos condensada todas las ideas anteriores así como otras que no se han dicho como la apelación directa a la amada. Comprobamos que en toda la obra de Garcilaso y los autores posteriores, al contrario que con el Arcipreste, existe la apelación en segunda persona del singular a la amada, lo que proporciona mayor intimidad a la obra, y lo que también provoca la creación de una relación entre el autor y el lector más cercana de lo habitual.

Vemos la introducción de un recurso que será muy utilizado desde entonces, y es la muerte relacionada con el amor; es decir, el poeta relaciona la pérdida de su amada con la muerte de una parte de sí mismo, siendo el motivo para vivir del poeta la amada y el amor que este siente por ella.

Una pequeña parada: La confusión de Quevedo y la desesperación de Bécquer

Nos pararemos en el camino para conocer a Francisco de Quevedo. Este pertenece ya al periodo del barroco. Quevedo vivió una época de gran importancia para la cultura española, época en la que vivieron otras referencias de la literatura como Cervantes, Góngora o Lope de Vega.

La poesía de Quevedo no es sólo conocida por el tema amoroso, escribió alrededor de 875 poemas que tratan temas diversos, desde cuestiones metafísicas hasta satíricos pasando por el tema amoroso que nos concierne. Para hablar de su poesía amorosa nos centraremos en su obra Soneto amoroso describiendo el amor:

Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.


Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde, con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.


Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero parasismo;

enfermedad que crece si es curada.


Este es el niño Amor, éste es su abismo.

¡Mirad cuál amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario a sí mismo!10

Durante el primer terceto y el primer verso del segundo el autor relaciona algo que en un principio sentimos como bueno y positivo, como es el amor, con algo que más bien relacionamos con algo malo, como “encarcelada”, “parasismo” o “abismo”. Este encarcelamiento puede ser reflejo del dolor del poeta. También lo comprobamos cuando escribe en el segundo verso “es herida que duele y no se siente,”. Dicha relación, que podríamos señalar de antítesis entre el amor (algo positivo) y la muerte o la herida (algo malo), ya la veíamos antes, cuando Garcilaso relacionaba el amor y su destino a la muerte.

Comprobamos que esta vez el poema habla en una tercera persona, lo que lo hace menos personal, como si el autor no estuviera directamente implicado con lo que cuenta, ni el lector tampoco. Pero en cambio da una sensación de mayor profundidad filosófica, como si el autor en sí se alejará del tema, de tal manera que da la sensación de que su opinión es más objetiva y de mayor relevancia que si fuera escrito en segunda persona.

Una de las cuestiones que más nos puede llamar la atención son las continuas paradojas. Es necesario puntualizar que Quevedo perteneció al movimiento conocido como conceptismo el cual se basa en utilizar la idea ingeniosa, o también llamado concepto, dentro de la obra. La paradoja es uno de los recursos más utilizados por los conceptistas, y en este poema vemos claramente como Quevedo hace uso de ella desde un primer momento, siendo prácticamente la totalidad del poema una continua sucesión de paradojas. Esta relación entre ideas contrarias da una sensación de indecisión, de confusión y de negación de lo que uno podría creer que es el amor, ya que es lo contrario también. Es decir, relaciona el amor como una continua contrariedad: “hielo abrasador”, “fuego helado”. Incluso llega a expresar esta contrariedad en un verso “el que en todo es contrario a sí mismo”. Al mismo tiempo, dentro de estas contrariedades se esconde una idea que creo es todavía más importante, el hecho de que el amor es algo que abarca todo. Esto se explica pensando que al reunir las ideas que son opuestas entre sí, y juntarlas en una para definir algo como el amor, nos hace ver que según el autor el amor es “fuego” y “hielo”, es “cobarde” y “valiente”. El amor lo es todo, lo uno y lo otro, los conceptos que son opuestos y que en el fondo son lo mismo, ya que todos nos llevan a la misma idea, a la misma meta.

Nuestra cuarta parada será un autor que vivió cuando ya estaba en auge en España el realismo, siendo él un autor postromántico y una de las mayores figuras de la lírica romántica española, Gustavo Adolfo Bécquer. Su obra lírica más conocida y sobre la cual trabajaremos serán las Rimas.

El romanticismo se intentaba aislar de la realidad en la que vivían. Lo comprobamos en la poesía de Bécquer que se centraba en otros temas como el amor y la muerte. Al mismo tiempo cabe señalar que dividiremos las Rimas en cuatro partes, sabiendo que existe un cambio de visión sobre el tema de una parte a otra. Podemos decir que la primera parte se centra más en la poesía y el trabajo del poeta, la inspiración… En cambio las otras tres partes se introducen más en el tema que tenemos entre manos. En las otras tres partes el amor es el tema central aunque se ve desde distintas perspectivas; en un principio se ve a la amada como algo imposible como a “un sueño”, pero aun así vemos que siente un amor apasionado por ella como vemos en la Rima XV:

Cendal flotante de leve bruma,

rizada cinta de blanca espuma,

rumor sonoro

de arpa de oro,

beso del aura, onda de luz:

eso eres tú.

[…]

Yo, que a tus ojos, en mi agonía,

los ojos vuelvo de noche y día;

yo, que incansable corro y demente

¡tras una sombra, tras la hija ardiente

de una visión!

Vemos como Bécquer busca y persigue a una amada que es “bruma” que es un “rumor”... todo esto nos hace pensar en el amor imposible. Esto lo vemos como algo bastante habitual en Bécquer, el hecho de aferrarse al amor imposible e inalcanzable, a la mujer ideal que es inexistente, que Bécquer tratará en otra de sus obras, la leyenda Rayo de luna. En dicha leyenda el protagonista persigue a la que cree ser una mujer por el bosque para al finar comprobar que la mujer que él perseguía se trataba del reflejo de los rayos de la luna. Esto nos hace pensar que esta búsqueda de la perfección acarrea sufrimiento al autor, y vemos que él mismo lo expresa en el poema “En mi agonía”. Comprobamos que en esa búsqueda del amor imposible se multiplican las penurias. Por lo que comprobamos la inexistencia de un lado positivo, todo es desesperación y sufrimiento, la amada es inexistente ya que únicamente esta en la mente del autor.

En las siguientes rimas encontramos un amor más lleno, más apasionado, pero sobre todo un amor real. Bécquer escribe sobre los encantos de su amada centrándose de manera repetitiva en sus ojos, a los cuales halaga en más de una rima, y hace que estos sean el centro de la belleza de la mujer. Todo esto es bastante explícito en la Rima XII:

Es tu boca de rubíes

purpúrea granada abierta

que en el estío convida

a apagar la sed con ella,

Y sin embargo,

sé que te quejas

porque tus ojos

crees que la afean,

pues no lo creas.

Aquí comprobamos esa alabanza a los ojos, aunque esta rima también nos permite comprobar que Bécquer no sólo alaba a su querida, sino que incluso la mima e intenta consolarla. Esto supone un claro cambio desde la agonía que sentía en un principio: es más sensual, habla de los rubíes de su boca, y de una “purpúrea granada abierta” que invita a apagar la sed del amante, lo que puede ser interpretado como algo sexual. Este jugar con el rojo de los labios será un recurso de alusión sexual muy utilizado en la literatura española, como más adelante veremos con Pedro Salinas. Pero en sus últimos poemas se hace notar el abandono, la desesperación y el recuerdo de su amor11. Lo podemos comprobar en la Rima LIII:

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar;

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.


Pero mudo y absorto y de rodillas

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido...; desengáñate,

¡así... no te querrán!

Vemos que existe una contraposición, el autor habla de que la vida continúa: la mujer volverá a enamorarse, volverá su corazón a despertarse: vemos que el amor ya ha pasado, el amor se ha perdido. Pero también vemos que a pesar de que la vida continúa, Bécquer tiene cierto rencor a la mujer y le echa en cara que nadie le querrá como él, que el amor que él le ha dado no es equiparable con el que le darán otros hombres. Esto lo podemos ver como un acto de desesperación y reminiscencia del amor vivido por el amante. Así mismo comprobamos la utilización de la segunda persona del singular que nos recuerda a la intimidad de los poemas de Garcilaso, lo que en esta rima hace dar una sensación de mayor intimidad e impacto de dicha advertencia.

Final del trayecto: Los besos del ayer

Para acabar con este recorrido a través de distintos poetas amorosos de la poesía española nos centraremos en un autor del siglo pasado, siendo el componente más anciano de la Generación del 27, Pedro Salinas. Para su estudio nos centraremos en una de las obras más conocidas del autor que se encuentra dentro del libro La voz a ti debida, el poema amoroso “Ayer te besé en los labios”, donde se combinan varios temas. El primero es la sensualidad, el cual ya se ve en el propio título, y que va en aumento según avanzamos en el poema. Los labios son descritos de una manera tal que nos hace recordar a la Rima XII de Bécquer12, realzando el rojo de los labios de la amada.

Por otro lado vemos como los labios son también una metonimia de la amada y del recuerdo:

Ayer te besé en los labios.

Te besé en los labios. Densos,

rojos. Fue un beso tan corto,

que duró más que un relámpago,

que un milagro, más. El tiempo

después de dártelo

no lo quise para nada ya,

[…]

Hoy estoy besando un beso;

estoy solo con mis labios.

Los pongo

no en tu boca, no, ya no…

-¿Adónde se me ha escapado?-.

[…]

Porque ya no es una carne

ni una boca lo que beso,

que se escapa, que me huye.

No.

Te estoy besando más lejos.

En un principio como se ha dicho realza los labios de la amada, pero además de ello también hace ver que el único tiempo, el único momento que cuenta para él es el cual esta con su amada, el resto forma parte de un mundo exterior, no forma parte del propio amante13.

Aunque el poema da un giro de ciento ochenta grados. El poema también nos puede servir como referente para la distancia en el amor. No solo distancia de un modo espacial, sino también temporal. Comprobamos la diferencia dentro del poema del ayer y del hoy siendo el ayer, el recuerdo; el beso. Mientras que el hoy, el “beso” que está siendo besado, se trata de un recuerdo. También comprobamos cuando Salinas escribe que ya no besa “carne” ni “una boca”. Coméntese que no sólo existe una distancia entre ellos, sino que esa distancia aumenta, y el recuerdo del beso es lo único que le queda al autor, haciendo al recuerdo del beso, al recuerdo del amor algo aún más importante de lo que es en un principio. El olvido no es una opción, lo único esencial, sin importar la distancia o el tiempo que separe a los amados es el recuerdo de los días que fueron mejores.

Conclusión

Tras este repaso a un autor de cada etapa destacable de la literatura lírica amorosa, no cabe otra cosa que decir que existen diferencias claves y una cierta evolución.

Desde luego la primera obra que se trabajó, el Libro de buen amor, es una obra completamente fuera de su época y sin antecedentes. Trata el amor desde un punto de vista impensable para la época, aunque sea según el autor una obra para la libre interpretación.

En lo que se refiere a la obra de Garcilaso, se nota como empieza a notarse un amor más pesimista, más doloroso. Se empiezan a introducir relaciones entre la muerte y el amor, siendo en un principio conceptos completamente opuestos, pero que, incluso en nuestros días, sigue siendo una relación muy utilizada y común.

En lo que se refiere a Quevedo, comprobamos que es una obra más abstracta. Si en Garcilaso existía un monte, unos pastores, una naturaleza idealizada, en Quevedo desaparece todo atisbo de realidad y se pasa a un amor más metafísico. Un amor que es menos personal. Se ve como a diferencia del resto de las épocas se va a utilizar la tercera persona lo que aleja al autor del tema en sí. Es normal la utilización de poemas para escribir sobre temas filosóficos y reflexivos en Quevedo.

Vemos que la propia poesía de Bécquer en las rimas pasa por varias etapas, aunque hay algo en común, existe una amada que oculta en distintas metáforas como poesía. Las etapas van desde la admiración más etérea de la amada hasta el desengaño del amor y la desesperación y la tristeza que eso produce, pasando por una etapa de amor en la cual se describe con gran interés a la amada y en especial a los reflejos de su alma y de su belleza, los ojos.

Por último Salinas sigue los pasos de Bécquer, ya que ambas poesía tienen bastantes similitudes en cuanto al contenido. Aunque se comprueba que existe un rechazo a todo lo que no sea la amada y el amor en sí, aislándose del mundo y teniendo en mundo únicamente el recuerdo de la amada y del beso.

En general se comprueba que, a excepción del Libro de buen amor, la soledad y la tristeza estén presentes en todas las etapas de la lírica española, siendo una poesía amorosa pesimista que se centra más en el recuerdo y en las penalidades del amor que en el propio amor en sí. Se centra en la pérdida, en el olvido, en la distancia, en el tiempo, en la muerte… pero no en el amor en sí, no existe una gran intención, o al menos no una prolongada, de dejar que el autor, que los amantes tengan lo que se podría decir un final feliz. Sino que el amor conduce a sufrimiento y a las penurias. Conduce a la desesperación.

Así mismo se percibe una evolución hacia una poesía más intimista, seguramente a raíz de la repercusión de Heine en Bécquer, y de este a su vez en los autores posteriores; teniendo a la amada inalcanzable, que tarde o temprano se nos escapa y huye de nosotros.

Bibliografía

Fuentes primarias

Documentos consultivos

1. Se comprueba entre las estrofas 44 y 70 del Libro de buen amor.

2. Lecoy, Félix- “Elementos estructurales en el Libro de buen amor”, pág. 230. Aquí Lecoy argumenta que existe cierto hilo común en toda la obra del Arcipreste.

3. Spitzer, Leo- “'Yo, Juan Ruiz' personalidad e impersonalidad del arte del Arcipreste de Hita”. Spitzer también nos señala que uno de los objetivos sería hacer una obra de carácter biográfico y humorístico.

4. Arcipreste de Hita- Libro de buen amor. Estrofas número 971 y 972.

5. Lapesa, Rafael- "La trayectoria poética de Garcilaso". La musa de Garcilaso, Isabel Freyre, morirá poco antes de escribir la Égloga primera. De aquí podemos entender parte del dolor que se muestra en el poema.

6. Vega, Garcilaso de la- Égloga primera, versos 60-62.

7. Galatea es el nombre que Garcilaso de la Vega puso a Isabel Freyre, noble portuguesa y musa de Garcilaso de la Vega.

8. A. Parker, Alexander- “Temas e imágenes en la Égloga primera”.

9. Vega, Garcilaso de la- Égloga primera, versos 127-140.

10. Quevedo, Francisco de- "Soneto amoroso describiendo el amor"- en Antología poética- Editorial Castalia, 1989, Madrid.

11. Del Pilar Palomo, María y otros- “Claves de las rimas”.

12. Gilman, Stephen-“El proemio a La voz a ti debida”, Según se comprueba Salinas tiene grandes similitudes con Bécquer en lo que al contenido se refiere.

13. García Posada, Miguel- Los poetas de la generación del 27- Editorial Anaya, 2000, Madrid, pág. 42. “para alcanzar el amor necesita del amante, de un cuerpo”. Vemos que el amor de Salinas existe en la realidad también y es carnal, no se trata de un amor completamente espiritual.