Disección de corazón de cordero

Aurora Aparicio, profesora del Departamento de Biología y Geología

Los alumnos de Biología Nivel Superior de Bachillerato Internacional tienen que realizar un total de 60 horas de trabajos prácticos como parte de su programa de estudios, pero la disección de un corazón de cordero no estaba prevista. Se conjugaron varios eventos para que finalmente la hiciéramos.

En primer lugar, su insistencia. Empezaron a pedírmelo en el mes de junio del curso pasado, pero íbamos muy ajustados con el temario de Fisiología Humana y francamente yo ya estaba agotada de preparar prácticas. El verano no sirvió para que lo olvidaran y en septiembre volvieron a insistir con ganas. Ante tanta pasión por aprender, se empequeñecen las dificultades y no hay profesor que se resista.

Ya me tenían convencida cuando llegó la semana del puente del Pilar, y con ella, Itzíar Arrieta que se ofreció voluntaria a dirigir la disección. Itzíar estudió en nuestro instituto y fue mi alumna en 2º de bachillerato ya hace unos años. Ahora está estudiando 6º curso de Medicina en la Universidad de Zaragoza y sigue siendo la misma muchacha encantadora y entusiasmada por aprender que yo conocí.

El siguiente paso fue llamar a cárnicas Hermanos Martínez para que nos prepararan pulmones y corazones y después recoger los 8 kg que pesaron. Que los chicos aprendieron y disfrutaron se hace evidente en el vídeo, pero a mí, que he dirigido la disección de corazón muchas veces, lo que más me sorprendió fue la cercanía inmediata que consiguió transmitir Itzíar y la atención absoluta que la dedicaron los alumnos.

La hora de nuestra clase pasó sin darnos cuenta y no hubo manera de mandarlos a la siguiente (mil perdones, Miguel Angel) y todavía dicen en sus comentarios en el Bioforo del aula virtual que se les hizo muy corto y que les quedaban varias cosas por investigar.

El trato con mis chicos fue que tras la disección harían entre todos una presentación con las fotografías. Yo no he hecho nada. Ellos se repartieron las fotografías, cada uno ha interpretado una imagen y Cristina Ortega se prestó voluntaria a recoger todas y a hacer la presentación. El resultado me ha encantado.

Habrá muchas más prácticas este curso, pero difícilmente podrán llegar a tener el impacto que esta. Por mi parte, me doy ya por convencida para cualquier otra que quieran.