Creación
Esquina doblada
Vox Populi
Título clave: Vox Populi (Colmenar Viejo. Internet) · ISSN: 2255-0585
IES Rosa Chacel
Número XXIII
Junio de 2013
Logotipo Vox Populi - Índice
Avanzar Retroceder
19

El cuadro

Laura Ros

Primer premio 3º y 4º ESO, Concurso Literario Ventanal de la Sierra 2013

Aparecí en medio de algún sitio, en algún remoto lugar, sin recordar cómo había llegado hasta allí. Me levanté, o mejor, intenté levantarme, porque mis piernas me fallaban, al igual que mi cabeza. Niebla y oscuridad es lo único que mis ojos llegaban a apreciar.

–Pst, pst.

Entonces intenté volver a levantarme, y esta vez lo conseguí, aunque preferiría no haberlo hecho, seguir inconsciente, cerrando los ojos ante la inaudita realidad que se levantaba ante mí.

–¡Eh, ¡eh!

¿Me estaban llamando o era mi cabeza, afectada por el golpe? Estaba en medio de una nada que podría ser un todo, porque lo que me esperaba era algo para lo que no estaba preparada. Edificios, edificios altos, que rascaban el cielo, todos iguales; y casas, muchas casas, como si estuvieran hechas de barro, como si la persona que las construyó supiera que algún día, finalmente, serían derribadas. La escena era imponente, se extendía ante mí, sin fin alguno, pero todo era oscuro, no había color, solo negro, negándolo todo.

–Aquí, preciosa.

O mi cabeza se había vuelto completamente loca, o alguien me estaba llamando. Me volví y ante mí se alzaba un hombre, alto, delgado, demacrado. No sabía si alegrarme por encontrar a alguien o aterrorizarme por lo que podría estar por venir.

–¿Quién eres?

–Eso mismo me gustaría saber a mí. A mí y a toda esta gente. –Respondió señalando aquel territorio tan vacío y al mismo tiempo lleno que nos rodeaba.– Ya nadie sabe quién es.

–¿Cómo? –Parecía asustado pero aliviado; parecía que se estaba rindiendo ante mí, una desconocida.

–Será hora de que hable. Al fin y al cabo, ¿qué me queda por perder? –Aquel hombre estaba absorto en sus pensamientos.

–Aquí ya no hay vida. ¿Alguna vez la hubo? –Reía, nervioso. –La gente vive, vive tal y como le ordenan. Viven para después morir. No hay otra escapatoria, ¿no? Nacemos para después morir, ese es su lema, lo que les mueve cada amanecer, cada mañana. Es lo único que sabemos, que vamos a acabar muriendo. Entonces, ¿por qué vivir bien? ¿Para qué? ¿Cuál es el sentido de la existencia?

–Si no viviéramos la humanidad no seguiría adelante.

–¿Para qué avanzar si acabaremos desapareciendo?, ¿eh? Dime, ¿cuál es la finalidad de vivir? ¿Se te cruza algo ahora por tu mente? Díselo al gobierno, seguro que estaría encantado de oír tus teorías. Yo antes era igual. Igual que todos, y nunca hubiera pensado que tendría que echar mano de la verdadera realidad, aquella que nos están cubriendo con un largo y negro telón, para comprenderlo todo. Nos dominan, nos dominan en su beneficio. Somos piezas. Somos algo fácil para ellos. No hay ética ni moral. ¿Dónde están ahora todos esos principios éticos de los que hablan los filósofos en sus libros? ¿La felicidad? ¿El hedonismo? ¡¿Dónde están las verdaderas leyes?! ¿Ves todo lo que nos rodea? ¿Ves a aquellas gentes, andando, riendo, creyendo que son felices? No lo son, ¡en absoluto lo son! Viven pensando que de verdad saben lo que es la vida pero solamente están pasando por ella, ¡sin vivida! Oh, no... Ahora es tarde, debes huir, huir hacia cualquier parte que no sea esta, tú que puedes. Corre, escapa de aquí. ¡No mires atrás! –Pero miré, al fin y al cabo era humana, aunque debería haberle hecho caso. Un grupo se dirigía hacia nosotros, tajante, con paso firme.

No sé cómo ni por qué confié en aquel extraño, pero sí sé que le comprendí, asimilé cada palabra que salió por su boca; cada palabra que su cerebro estuvo pensando mucho tiempo, agrupando, esperando a que alguien le escuchase de verdad.

Seguí corriendo pero no pude, no pude porque estaba al borde de un verdadero precipicio. ¿Qué es lo que había ante mí? ¿Figuras geométricas? ¿Rectángulos? ¿Cuadrados? ¿Luz? No había escapatoria.

* * *

–Por aquí.

Se oyen murmullos de admiración, de asombro, de angustia, como si los visitantes también estuvieran viviéndolo.

–Y esta es la pieza más importante de toda la colección, rompiendo con la línea creativa de su autor y con los principios de la época. Es todo un canto a la libertad, a la dignidad, a la vida, representando la joven muchacha todo esto y aquel grupo, –hizo un gesto mientras señalaba al fondo del cuadro –representa todo lo contrario: la desigualdad, la negación de la libertad.., yendo tras ella. El autor otorga a los valores éticos un cuerpo y un alma. –Las personas están absortas ante las dimensiones de la pieza, sintiendo que ellos también están dentro.

Sin duda, aquellas personas estaban maravilladas ante aquella excepcional obra de arte, que cobraba vida propia con cada mirada.