Creación
Esquina doblada
Vox Populi
Título clave: Vox Populi (Colmenar Viejo. Internet) · ISSN: 2255-0585
IES Rosa Chacel
Número XXIII
Junio de 2013
Logotipo Vox Populi - Índice
Avanzar Retroceder
27

En paro

María Colmenarejo

Tercer premio 3º y 4º de ESO, Concurso Literario Ventanal de la Sierra 2013

Yo, que era la más inteligente, que sabía de todo tipo de temas, que durante tanto tiempo había estado en esa oficina, ahora me encontraba perdida junto a tantos otros como yo que no sabían qué iba a ser de ellos. Mientras que nuestro futuro pendía de un hilo, yo no paraba de pensar en mi primer día allí, en mi llegada. Todos y cada uno de los trabajadores me esperaban con muchas ganas, al parecer la que había estado antes en mi puesto les había fallado sin aviso alguno. En muy poco tiempo ya estaba en mi mesa y rápido me puse en marcha con mi trabajo. Tenía muy pocos descansos en comparación al de otros compañeros, pero al fin y al cabo yo era una pieza clave. Recibía muchas visitas a lo largo del día, todo el mundo venía a preguntarme por mis conocimientos, creo que era por eso por lo que me gustaba tanto aquel trabajo, nunca me sentía sola. Pero supongo que como en todos los trabajos no todo es felicidad. Ya llevaba varios años en esa empresa sin ningún problema, pero supongo que como a todos nos puede pasar, un día te sientes más cansado, sin ganas de nada.

Estaba haciendo mi trabajo sin fuerzas, la mayoría de las veces no se me entendía y aun que al principio no le vi la gravedad al asunto luego me di cuenta de que si la tenía. Mi jefe murmuraba sobre mí, sobre la mala calidad de mi trabajo. Decidieron darme un descanso ese día, desconecté de todo, dejé la mente en blanco y me centré en recuperar las horas de sueño. Pasados unos días, volví a mi puesto de trabajo, me encontraba como nueva, con más energía, pero fue entonces cuando vi a dos hombres desconocidos acercarse hacia mí: "nunca hubiera pensado que tendría que echar mano de otra impresora nueva en tan poco tiempo", esas palabras que salieron de la boca de mi jefe fue lo que me llevó a pensar que mi trabajo en esa oficina había concluido.

Aquel día me desconectaron, me reemplazaron y me transportaron hasta donde ahora me encuentro, dentro de un gran almacén lleno de teléfonos, ordenadores, televisores y más impresoras que como yo ya no están en condiciones de seguir funcionando. Y así sin más, de un día para otro, me encontraba abandonada con la gran duda de saber que será de mí, cual será ahora mi destino.